

La depresión se caracteriza por una sensación de tristeza que, por su duración o intensidad, interfiere en la vida cotidiana de la persona afectada.
En ocasiones pueden pasar desapercibidas escondiéndose detrás de una falta de interés por las actividades diarias, cansancio, problemas de concentración, trastornos del sueño, inutilidad, desesperanza, pérdida de apetito o de peso, disminución del deseo sexual o pueden mostrarse abiertamente con pensamientos negativos sobre sí mismo y el mundo.
Es necesario entender de dónde provienen esos sentimientos de falta de autoeficacia, de intensa sensación de carencia y pérdida para poder comprender mecanismos y buscar nuevos significados a los procesos vitales.