Sí, abrir este espacio, poder daros la bienvenida al Vínculo, es realmente para mí una experiencia muy ilusionante. Es un sueño hecho realidad.
El Vínculo nace de observar, durante años de profesión, la necesidad creciente de contar con un lugar donde poner al alcance, de una manera fácil y accesible, los distintos recursos que una persona pueda requerir en el tratamiento de un malestar físico y/o psicológico.
Un espacio en el que ofrecer apoyo y acompañamiento en los procesos de cambio que nos planteamos iniciar cuando sentimos que las herramientas con las que contamos para afrontar determinadas circunstancias vitales no son suficientes y nos vemos inmersos en un sufrimiento que afecta a todas las esferas de nuestra persona.
Para ello, hemos formado un equipo de profesionales de la psicoterapia, de las terapias artísticas, de técnicas psicocorporales, …
Profesionales con las que he compartido formaciones, congresos, charlas alrededor de un café o departires a través de una pantalla como nos obliga ahora a veces esta nueva “situación extraña”.
Pero lo más importante, compartimos un sentir común. Un deseo común de ayuda al que lo necesita y una manera de entender la salud y la enfermedad. Una visión de la persona como ser global inseparable y agente activo de su propia vida y sus decisiones. Y, sobre todo, un pilar básico para todas nosotras: la importancia del vínculo.
¿Por qué el Vínculo? Los que me conocéis sabéis que no podía ser de otra manera.
Fiel a las premisas de la teoría del apego (ya hablaremos de ella en otro post), estoy convencida de que todo, absolutamente todo: cómo nos relacionamos, cómo disfrutamos, cómo sufrimos, en definitiva, cómo vivimos, se forja en los primeros momentos de nuestra existencia y en los primeros vínculos de apego que, como bebés, establecemos con aquellas figuras que nos cuidan y nos quieren y a las que necesitamos para subsistir.
Estos vínculos determinan, no sólo el cómo somos y cómo nos comportamos, sino cómo se estructura físicamente nuestro cerebro. Así lo señala Daniel Siegel y todos los avances en neurobiología interpersonal que ratifican su idea y que serán tema en un próximo post. En definitiva, quiénes somos y porqué somos así. Con lo bueno y con lo malo.
Y es en la interacción con otras personas donde esa estructura se puede transformar para adaptarse a los cambios que se producen en nuestro entorno y mejorar, así, nuestro bienestar. Por eso, apoyándonos en esa idea, resulta fundamental para nuestro concepto de terapia el considerar este último tipo de alianza: el vínculo terapéutico (el que se establece entre la persona y el terapeuta en el espacio de terapia), el que puede “curar” a la persona de sus males y sufrimientos.
Nacimiento del Vínculo
Por eso, este nuevo espacio nace para vincular personas, vincular profesionales y vincular conceptos.
Y de ahí surge también la idea de nuestra imagen. Imagen que tengo que agradecer a mi querida y gran profesional, Marta de Mimbre estudio (https://mimbrestudio.com ), a la que he quemado la cabeza durante meses. A ella debo los diseños e ilustraciones, sensibles y sutiles.
Manchas vinculadas que juegan siempre con objetos vinculados: planta y regadera que simbolizan el crecimiento; viento y cometa que simbolizan la ligereza, la flexibilidad y la libertad del vuelo; aguja e hilo que simbolizan la unión y la reparación; telescopio y planetas que simbolizan la observación, la curiosidad, el aprendizaje y el candado y la llave que simbolizan la apertura, como la apertura de una puerta en sus dos sentidos: entrada para descansar y tomar lo necesario o salida para emprender un nuevo camino.
La segunda parte de nuestro nombre, la explicamos ya en nuestra página y hace referencia a la integración. Integración de dimensiones de la persona (mente y cuerpo), de técnicas, etc. Todo ello en un mismo espacio en el que queremos que se respire, además de seguridad y confianza, algo fundamental en terapia: “creatividad”.
Porque la terapia tiene que ser así: creativa.
Creativa en cuanto a viva, emocionante, solucionadora y activa. Por eso, la importancia de las terapias artístico creativas en el Vínculo: musicoterapia, arteterapia, terapias de movimiento y cuerpo que cierran el círculo y nos llevan por su carácter esencial de ser sensoriales y “experienciales” a esos primeros momentos donde lo importante era el tacto para sentir el calor y las caricias, el oído para escuchar los arrullos y las nanas de la voz aguda de mamá, la vista para descubrir un mundo de colores y ver la mirada y la sonrisa de ella y de papá y el cuerpo para voltearnos y disfrutar en el aire con los juegos y cabriolas de quienes nos acompañaron en el inicio de esta apasionante aventura de vivir.